lunes, 30 de junio de 2008
Asesino
Asesino
Asesino, olvidas el lecho del parto,
la marca del infierno en tu voz en náuseas
y el despreciable botín
dibujado en el rostro de tus víctimas;
el sueño que aguardaba en la cruz
de hierro, en las mejillas del miedo
y en los deseos santos
de pequeñas flores en canto
de tempestad como su mejor suerte;
el escaso espacio sin respiración
sin aroma que quedó como estatua
en el viaje de andrajos guardados
en ruinas de constelaciones
con cofres de fatiga
y prostituida con temor y cobardía;
la historia de polvo futuro
en llanto, dolor y locura.
Asesino, hallarán tus restos en el fuego.
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Ricardo Serna G
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